Cerebro en pausa

Pequeños descansos para asimilar cosas nuevas

Sep 25, 2024 · 6 mins de lectura

Recientemente me sorprendió descubrir que los árboles no crecen de manera continua, sino que lo hacen en ciclos de crecimiento y descanso. Esta idea cobró aún más sentido cuando recordé la imagen de los anillos que se forman en su tronco, un registro natural de su ritmo vital. Como dato curioso, este fenómeno se estudia a través de la dendrocronología, la ciencia que analiza los patrones de los anillos de crecimiento para entender el paso del tiempo y las condiciones climáticas del pasado.

De la misma manera que un bosque necesita pausas para regenerarse, nuestro cerebro también requiere momentos de descanso para procesar y asimilar la información de manera eficiente. Tal como lo revela el siguiente reportaje de la BBC titulado “Pequeños descansos que ayudan al cerebro a aprender cosas nuevas”, la ciencia confirma lo que la naturaleza nos enseña: los pequeños descansos son esenciales para potenciar el aprendizaje.

¿Qué dice la ciencia?

La ciencia ha demostrado de manera contundente que los descansos durante el estudio son mucho más que simples pausas. Estos momentos de desconexión juegan un papel fundamental en la consolidación de la memoria y el aprendizaje efectivo.

Todos hemos experimentado la frustración de estudiar arduamente para un examen y luego olvidar gran parte de la información al día siguiente. Este fenómeno, conocido como la curva del olvido de Ebbinghaus, describe cómo la información que aprendemos se desvanece con el tiempo si no se refuerza.

Curva del olvido de Ebbinghaus
Curva del olvido de Ebbinghaus

Sin embargo, hay buenas noticias: la ciencia ha demostrado que los descansos pueden ayudar a aplanar esta curva y mejorar significativamente nuestra capacidad de retención. En la imagen se trata de ilustrar con las curvas verdes que los descansos permiten al cerebro consolidar la información, creando conexiones neuronales más fuertes y duraderas.

Pero los descansos no solo influyen en el aprendizaje sino que traen consigo beneficios integrales para los aprendices. A continuación encontrarás algunos de los hallazgos más relevantes sobre los beneficios del descanso para el cerebro.

Beneficios cognitivos:

Consolidación de la memoria: Los descansos permiten que el cerebro procese y almacene la información de manera más efectiva.

Mejora de la atención: Pequeñas pausas ayudan a restablecer la atención y prevenir la fatiga mental.

Aumento de la creatividad: Los descansos fomentan la generación de nuevas ideas y perspectivas.

Mayor capacidad de resolución de problemas: Al despejar la mente, se facilita la identificación de soluciones innovadoras.

Beneficios fisiológicos:

Reducción del estrés: Los descansos ayudan a disminuir los niveles de cortisol, la hormona del estrés.

Aumento de la energía: Las pausas cortas revitalizan el cuerpo y la mente.

Mejora de la circulación: La actividad física durante los descansos favorece la circulación sanguínea y la oxigenación del cerebro.

Beneficios emocionales:

Reducción de la ansiedad: Los descansos ayudan a controlar la ansiedad y mejorar el estado de ánimo.

Aumento de la motivación: Los descansos pueden ser un incentivo para continuar estudiando.

Mejora de la satisfacción: Sentirse descansado y renovado aumenta la satisfacción con el proceso de aprendizaje.

Beneficios a largo plazo:

Mayor rendimiento académico: Los estudiantes que toman descansos regulares suelen obtener mejores resultados en sus estudios.

Prevención del burnout: Los descansos ayudan a prevenir el agotamiento mental y emocional.

Desarrollo de hábitos de estudio saludables: Incorporar los descansos en la rutina de estudio fomenta hábitos de estudio más efectivos a largo plazo.

Descansos, semillas de serendipia

A lo largo de la historia, los momentos de inspiración y descubrimiento más importantes han surgido en los momentos más inesperados. Arquímedes, mientras se sumergía en una bañera, tuvo su famoso “Eureka”, un claro ejemplo de cómo un descanso puede desencadenar una idea brillante. La historia está llena de anécdotas similares, donde grandes pensadores y científicos han encontrado soluciones a problemas complejos durante un paseo, una siesta o simplemente al dejar divagar su mente.

Arquímedes descubre el principio del empuje hidrostático
Arquímedes descubre el principio del empuje hidrostático

Estos momentos de serendipia, como se les conoce, demuestran la importancia de los descansos para fomentar la creatividad y la resolución de problemas. Al permitir que nuestro cerebro se relaje y explore conexiones inesperadas, estamos abriendo la puerta a nuevas ideas y perspectivas.

De allí que técnicas modernas que aprovechan el poder de los microdescansos como el método Doman de lectura y el método Pomodoro son ejemplos de cómo podemos aplicar los beneficios de los descansos a nuestro aprendizaje diario. El método Doman, centrado en la exposición temprana a la lectura, incorpora descansos frecuentes para mantener la atención y el interés del niño. Por otro lado, el método Pomodoro, que consiste en trabajar en intervalos de 25 minutos seguidos de un descanso corto, ha demostrado ser eficaz para mejorar la productividad y reducir la fatiga mental.

El silencio, clave para la armonía

Al igual que un compositor utiliza el silencio para crear contrastes y realzar la belleza de una melodía, nosotros también necesitamos momentos de quietud para apreciar plenamente el aprendizaje. En su canción “Silencio”, Jorge Drexler nos invita a abrazar los espacios vacíos, a encontrar armonía en la calma. Así como una pausa en una pieza musical puede intensificar la emoción de la siguiente nota, un descanso en nuestro proceso de aprendizaje nos permite consolidar lo aprendido y prepararnos para nuevos desafíos.

Actividades para incorporar pausas en casa

El descanso es un regalo que podemos darnos a nosotros mismos. Incorporar momentos de quietud en nuestra rutina diaria puede tener un impacto positivo en nuestra salud mental y emocional. Aquí te proponemos algunas actividades sencillas que puedes realizar en casa:

  • Respiración consciente: Dedica unos minutos al día a practicar la respiración profunda y consciente. Observa la entrada y salida del aire, sin juzgar ni forzar nada.

  • Desconexión digital: Establece horarios libres de pantallas. Apaga el teléfono, la computadora y la televisión, y dedica ese tiempo a actividades relajantes como leer un libro, tomar un baño caliente o simplemente descansar.

  • Paseos en silencio: Sal a caminar en un parque o jardín y presta atención a los sonidos de la naturaleza, los olores y las sensaciones. Observa los árboles, las flores y los animales sin juzgar.

  • Diario de gratitud: Escribe en un diario tres cosas por las que estás agradecido cada día. Esta práctica te ayudará a centrar tu atención en lo positivo y a reducir el estrés.

  • Yoga o meditación: Estas prácticas milenarias te ayudarán a calmar tu mente, reducir la ansiedad y mejorar tu bienestar general.

  • Creatividad silenciosa: Dedica tiempo a actividades creativas como dibujar, pintar o escribir sin la distracción de la música o la televisión.

Referencias

  • Talamini, J. W., & Gorree, J. M. (2012). Consolidation during breaks: Evidence for a benefit of spaced retrieval practice. Memory & Cognition, 40(4), 621-634. Este estudio muestra cómo los descansos cortos pueden mejorar la consolidación de la memoria.
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