Children Spell Love... TIME

¿Cómo los niños deletrean la palabra AMOR?

Aug 27, 2024 · 2 mins de lectura

En un mundo donde las exigencias diarias parecen multiplicarse, es esencial y saludable encontrar momentos de pausa para reflexionar sobre nuestras intenciones y compromisos, especialmente en el viaje de la paternidad. Porque más allá de las responsabilidades cotidianas, la paternidad es un acto profundo de amor, uno que requiere decisiones conscientes y comprometidas.

Una de esas reflexiones me llegó años atrás con la imagen que hoy comparto, la cual sigue siendo un poderoso recordatorio de lo tangible que puede ser el amor. Los niños, maestros en la simplicidad, deletrean la palabra AMOR de una manera figurada y pragmática: T-I-E-M-P-O. Aunque es un mensaje sencillo, es un llamado oportuno a reconsiderar nuestro nivel de presencia consciente en la vida cotidiana.

A continuación encontrarás los mensajes que recibimos de las familias sobre lo que este mensaje representa en sus vidas.


Al principio, pensaba que estar presente significaba simplemente estar físicamente ahí. Pero con el tiempo, comprendí que la presencia va más allá; implica estar de cuerpo y mente, plenamente consciente, dándole al momento la importancia que merece, sin distracciones.

Lo que no me imaginaba era cómo este mensaje se aplicaba a nuestras expectativas como padres. Vivimos en un mundo que valora la eficiencia, la eficacia, la efectividad, y el ahorro de tiempo. Interiorizamos estas premisas al punto de olvidar que en el aprendizaje, el error es uno de los maestros más valiosos, y que dedicar tiempo para hacer las cosas bien es una forma de amor que no debemos pasar por alto.

Una experiencia que me enseñó esta lección ocurrió con mi hijo mayor. Fue su primer corte de pelo, y, temeroso de perder la cita, lo obligué a quedarse quieto. Lo senté en mis rodillas, sujetándole los brazos mientras la estilista comenzaba su trabajo. Fue una experiencia traumática para los tres: para la estilista, para mí, pero sobre todo para él. Sentí que, en ese momento, había perdido parte de la confianza que mi hijo tenía en mí para tomar decisiones por él.

Con el tiempo, esa experiencia seguía rondando mi mente, y cuando llegó el turno de mi segundo hijo, decidí hacerlo de manera diferente. Le pregunté: “Hijo, ¿quieres cortarte el pelo?” “No, papá”, fue su respuesta, y lo mismo sucedió en varias ocasiones más. No fue sino hasta la décima vez que, por su propia voluntad, decidió hacerlo y, lo más importante, lo disfrutó.

Lamento profundamente haber hecho pasar a mi hijo mayor por esa experiencia. Pero desde entonces, he aprendido a valorar el tiempo, a tener paciencia y a esperar el momento adecuado. El amor se deletrea T-I-E-M-P-O, también cuando se trata de esperar con paciencia para que las cosas sucedan a su debido tiempo.


También queremos escucharte. Queremos que nos ayudes a descubrir los significados que este mensaje tiene para ti. ¿Cómo interpretas este mensaje? Si deseas compartir tus pensamientos, te animamos a hacerlo en el formulario que encontrarás a continuación. Las respuestas se compartirán en esta publicación, para que juntos sigamos aprendiendo y creciendo en este noble camino de formar con amor y compromiso.

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